lunes, 28 de noviembre de 2011

¿Cómo sería un mundo sin Derecho?

¿Cómo sería un mundo sin Derecho?
Para poder responder a ese cuestionamiento es necesario que se defina el concepto de Derecho de una manera muy clara y sencilla, que corresponde al: conjunto de principios, normas y reglas a las que están sometidas las relaciones humanas, por medio de la facultad de hacer y/o exigir lo que la ley establece a favor o en contra de los mismos.
El propósito de este ensayo es tratar de poner en evidencia mi posición personal de cómo sería un mundo sin Derecho en la actualidad, desde un análisis meramente cualitativo que aborda entre otros aspectos los axiomas, la normativa jurídica y cualquier otro elemento que involucre el concepto como tal.
Es muy fácil de imaginar un mundo sin derecho; lo difícil se evidencia en tener que existir dentro de ese entorno imaginario pues las consecuencias serían muy conflictivas en cuanto a posiciones sociales individuales y colectivas a las cuales estamos acostumbrados.
Así por ejemplo, la materia del derecho nos ayuda a los seres humanos a mantener un orden establecido, tanto en el ámbito del derecho público y el privado y de lo que es capaz de regularse a través de ellos.
Es importante considerar que a través de ésta disciplina y por medio de la prevalencia axiológica se puedan evidenciar realidades concretas que propicien el bien común, la seguridad y la justicia de los seres humanos. Esto será posible ¡si y solo si! éstos mismos seres humanos nos focalizamos, concentramos y nos controlamos para lograr cumplir los objetivos planteados, ¡claro está acompañado de mucha disciplina!
Hay que vivir honestamente, no hacer daño a nadie y darle a cada quién lo que le corresponde. ¿Será posible hacer acaso eso en un mundo sin derecho?; la respuesta es clara y evidente. ¡Por supuesto que no!, por lo que imaginemos solo por algunos momentos ¿Cómo sería un mundo sin derecho?
Pues a través de algunos ejemplos básicos procuro ilustrar que podría pasar en ausencia de los conceptos jurídicos, así entonces tenemos que: en principio el concepto de justicia sería inútil, ausente, o desconocido; por lo que cualquier persona tendría la oportunidad de hacer lo que le parezca sin importar que se pueda dañar a un tercero o su propiedad y al mismo tiempo propiciando que aquella persona afectada busque la venganza de cualquier modo y a cualquier costo.
Otro ejemplo lo asociamos con la impunidad donde el castigo a la represión tampoco existe y se podrían propiciar conductas fallidas o intolerables dentro de los grupos sociales por lo que aquello que se planteaba de darle a cada quien lo que se merece sería una utopía dentro de un imaginario que ¡de por sí! no se ajusta a la realidad contemporánea.
También la honestidad sería un valor carente de la sociedad y que aunque en nuestros días lo podemos asociar al concepto de corrupción la situación sería mucho más grave de lo que parece; pues al abordar el término honestidad es un elemento tan profundo y que abarca tanto espacio social que el hecho de violentarlo traería serias consecuencias en nuestro entorno; si no lo ha pensado imagine el incremento en los hurtos, robos, la administración del Estado como sociedad, las relaciones filiales y de tipo eros serían completamente fallidas, en fin el axioma de la honestidad como figura juega un papel importantísimo dentro del concepto de sociedad.
Otros principios legales como la proporcionalidad, la racionalidad, la técnica y la ciencia; las cuales son bases del derecho por lógica no existirán y nuestra vida en sociedad no sería tan aceptablemente distinguida como en nuestros días.
Esto no quiere decir que con un grado de aceptación o conformismo que nos podría distinguir ante la ausencia del derecho, es evidente que si hoy día existen factores o elementos jurídicos que estando establecidos complican las relaciones humanas, institucionales o de ambiente, más complicado aún sería el hecho de que no existiesen estas normas o regulaciones dentro del entorno o colectivo social.
La sociedad y el ser humano individualmente no tiene la capacidad de controlarse así mismo, por lo que se necesita un agente operador que nos regule, y es justo ese agente operador llamado las normas jurídicas que pertenecen al Derecho las encargadas de realizar esa función; pues siendo más profundos en nuestro análisis recordemos que derecho es todo a nuestro alrededor.
Recordemos entonces y sintetizando las ideas que: ¡mi derecho llega hasta donde el de los demás me lo permite!

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