viernes, 8 de julio de 2011

Nuevo Magistrado en la Sala IV

Comentario con respecto al artículo periodístico publicado por el Semanario Universidad y escrito por el señor Adonay Arrieta.
El recién jueves anterior con fecha 07 de Julio del corriente; el periódico Semanario Universidad perteneciente a la Universidad de Costa Rica; en su sección de opinión; publicó un artículo periodístico escrito por el abogado y docente de la Facultad de Derecho de dicho centro de estudios superiores.
El artículo se titula: “Nuevo Magistrado en la Sala IV”. Al leer el artículo la primera impresión que obtuve fue muy imprecisa ya que tuve que leerlo nuevamente y releerlo otra vez para desmenuzar un poco más el mensaje dentro de las líneas de escritura.
A pesar de ser un artículo interesante y en el cual mi parecer es acorde con lo manifestado por el señor Arrieta, me parece que se usa un lenguaje muy tecnificado haciendo alusión a elementos que tienen cierto grado de profundidad y que no es del conocimiento de la mayoría de los lectores.
Así por ejemplo contemplemos aspectos como que el Semanario que aunque está dirigido hacia un público meta con cierto grado de intelectualidad, es posible que personas ajenas a la casa de estudios superiores o quizá algún sencillo mortal se le antoja leerlo, por lo que pienso que en ocasiones el lenguaje debe ser sencillo y fluido para que sea de fácil comprensión a la personas.
Así entonces utilizar términos como “alieni iuris” y “sui iuris”; son términos con énfasis jurídico que para la mayoría de las personas es desconocido.
Sin embargo aparte de la anotación que le hago a ese artículo en cuanto a asuntos propios de lenguaje he de rescatar algunos particulares y son los siguientes:
Es cierto que parte de los puestos importantes de nuestra gobernabilidad como país están asociados a compadrazgos, a compromisos previos por medio de una campaña política embarrada, por favores pendientes o quizá por cualquier otra situación que merezca favorecer a alguien a cambio de algo.
Sin embargo el profesor Arrieta hace mención en el artículo algo que me llamó mucho la atención, y es cuando reza: “…en el caso de litigantes, vacunarse contra el activismo electoral, y en el caso de letrados o jueces, revisar la prevalencia de criterios jurídicos objetivos en sus sentencias.”; por lo se evidencia mucha objetividad en ese comentario, ya que se debe apartar lo que corresponde a la ética en el ejercicio de la práctica profesional y ser lo más objetivo posible, de aquello que puede venir a enturbecer las aguas cristalinas del río. Por lo que se debe hacer lo que se tenga que hacer y debe prevalecer el buen criterio y juicio de las personas sin que se vea afectado el ¿por qué? de su proceder.
Ahora bien otro de los aspectos que quiero destacar es que como muchas de las cosas que tienen que ver con asuntos políticos de mi país la burocracia se hace presente. ¿Cómo es posible, que la elección de dicho magistrado Rueda, se haya llevado el periodo equivalente al de dos gestaciones de una mujer?
¡Es inaudito que esto suceda!, ¡es ridículo!, ¡que pena me da!, que los Padres de la Patria carezcan de la importancia que se le debe dar a dicho proceso, y la falta de compromiso para abordar este y otros temas de relevancia nacional; pues al fin son ellos los Padres de la Patria que hemos elegido la mayoría de costarricenses para que puedan llevar en parte las riendas del país; sin embargo su labor en ocasiones es vaga y se prefieren los viajes, las dietas, la popularidad y estar ahí en una curul esperando el tiempo que pase para pensionarse con honorarios de lujo.
No conozco al señor Paul Rueda, por lo que expresarme con referencia a ¿quién es él?, no sería prudente, ya que uno como persona no puede referirse con respecto a quién no conoce. Sin embargo espero que por lo que representa su función pública y por los atestados académicos que posee, el magistrado Rueda desempeñe su función de la mejor manera posible, evidenciando su ética profesional, su buen juicio para con la seriedad que representa el cargo; y que no se deje viciar por los tentáculos de la corrupción, de la política en provecho propio.
Por el contrario que al ser un jurista Constitucional, aproveche su conocimiento y lo ejecute de la mejor manera, con objetividad y sencillez que destaca a los labriegos sencillos de mi país.

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