miércoles, 29 de junio de 2011

Cidade de Deus o Ciudad de Dios.

Ciudad de Dios es el título de una película brasileira que aborda el tema de la problemática criminal dentro de los barrios pobres. Esta película expone los elementos de un drama de la vida real que se desarrolla entre Zé pequeño y Mané Galinha.
Una frase que identificó a la película fue: "Lucha y nunca sobrevivirás... corre y nunca sobrevivirás..." frase que identifica muy claramente las intenciones de la película.
El argumento empieza enlos años 60 cuando dos jóvenes Dadinho y Bené; son pequeños delicuentes de una favela en Río de Janeiro. La película cuenta el desarrollo de la vida de Buscapé (llamado También Cohete), hasta los años 70, cuando los antiguos amigos forman ideas distintas sobre el rumbo de sus vidas.
En la favela el tráfico de drogas, los sobornos, los homicidios y la delincuencia juvenil es algo cotidiano.
Durante el desarrollo de la película se abarca cerca de treinta años de historia en que los personajes se crían dentro de las favelas; sin embargo es relevante rescatar que en la vida real la filmación del rodaje cinematográfico estuvo condicionado a que el jefe de una favela diera el permiso y/o autorización para su fimación y poder brindar la seguridad que se requería para tal fin.
El jefe de la favela autorizó la realización del film con la condición de que los actores y extras fuesen los mismos residentes de la favela, a lo cual la producción accedió y aportó mayor credibilidad a la película.
Buscapé tiene 11 años y vive en Ciudad de Dios, un suburbio de Río de Janeiro. A pesar de que la vida en este barrio está dominada por robos, peleas y enfrentamientos diarios con la policía, Buscapé prefiere quedarse al margen. Él sueña con ser fotógrafo.
Por su parte Dadinho tiene su misma edad y también tiene claro su futuro, aunque muy distinto. Ambiciona convertirse en el criminal más famoso de Río de Janeiro.
Con el paso del tiempo ambos conseguirán que sus sueños se hagan realidad. Buscapé entrará a trabajar en un periódico y Dadinho, que cambia su nombre por el de Zé Pequeño, se convertirá en el narcotraficante de cocaína más temido y respetado de Río de Janeiro.
La vida en los suburbios en las grandes ciudades latinoamericanas se ha ido deteriorando progresivamente. En el caso concreto de la película se nos muestra la evolución de una urbanización construida en los años sesenta con el propósito de albergar familias sin vivienda, y que en poco tiempo acabó convertida en una ciudad marginal regida por sus propias leyes e impenetrable para quienes no viven allí. Se trata de barrios para gente pobre, en muchas ocasiones expulsados de las zonas rurales por falta de oportunidades. Una vez en la ciudad su vida cotidiana se irá degradando, sin políticas públicas y sin empleo. De hecho, los jóvenes crecen sin una socialización en el trabajo.
Progresivamente la delincuencia irá tomando mayor peso en la articulación social de la comunidad. La violencia arrastra a los habitantes de la favela como única garantía de éxito y/o de supervivencia.
La misma evolución de las formas en las que se desenvuelve la delincuencia resulta significativa: de las situaciones casi románticas de los primeros ladrones de las favelas en los años sesenta, justo cuando nace el asentamiento de Ciudad de Dios, con unos delincuentes cargados aún de inocencia, hasta el progresivo incremento de la violencia.
El uso de las armas de fuego y la expansión del narcotráfico en los años setenta, para llegar a una situación de caos total al final de la década siguiente. Un momento central en esta evolución es el momento en el que Ze Pequeño decide que lo que hay que hacer es dejar de robar y dedicarse a traficar con droga.
Por lo que desde ese momento todo adquiere unas dimensiones desproporcionadas y la economía de la droga adquiere un protagonismo fundamental en la vida de los suburbios urbanos.
Igualmente el peso social de los delincuentes varía: inicialmente nacen de la comunidad y la misma comunidad les protege. Posteriormente acaban ocupando un lugar central en la vida del barrio, lo controlan y protegen a sus habitantes de otras bandas.
Al final, el caos se instala y cada vez hay menos reglas ni pautas de conducta comunes. Pero en este proceso de degradación también hay actores externos, así la película denuncia la implicación y complicidad de la policía en la venta de armas y su corrupción.
Otro de los temas sobre los que merece llamar la atención que aborda la película es sobre la situación de los niños en la favela. A medida que pasa el tiempo, la degradación ambiental afecta también a los más chiquitos. Los niños que acaban controlando el negocio del tráfico de drogas al final de la película saben que probablemente no llegarán a adultos. Su niñez cada vez es más corta.
De esta manera habiendo abordado la sinapsis de la película es que quiero hacer unos aportes con respecto a la situación de mi país; resaltando por medio de comparaciones elementos semejantes y diferencias marcadas con respecto a algunos barrios marginales de Costa Rica.
Me parece que en Costa Rica a pesar de que el fenómeno de las favelas no es evidente, tenemos que considerar que existen barrios marginales, de escasos recursos y poco desarrollo, donde las condiciones son muy desfavorables para sus habitantes, existen problemas de delincuencia y de riesgo social.
Algunos de éstos ejemplos lo representan las comunidades de Leon XIII, Los Cuadros de Guadalupe, Ciudadela La Carpio, Los Diques de Cartago, entre otros. Estas localidaes son los barrios conflictivos de mi país a los cuales la intervención policial es reservada y escasa, no es como se manifiesta en la película Ciudad de Dios, sin embargo la diferencia se manifiesta únicamente en el espacio geográfico mundial donde se desarrollan los acontecimientos.
Estos lugares son altamente conflictivos, donde se albergan algunos delincuentes, donde las personas descentes que habitan este tipo de lugares están constantemente expuestos al peligro y sufren constantemente. Además de que tienen pocas oportunidades de salir adelante.
Las economías son escasaz y lo que abunda es la pobresa, ante tal situación sus pobladores muchas veces ante la necesidad se ven forzados a delinquir, sin que esta situación comprometa hacia la justificación del hecho delictivo.
Por su parte las manos del narcotráfico no son ajenas a éstas comunidades, y por el contrario encuentran en ellas las posibilidades de expander éste sucio e ilícito negocio, propiciando así todos los elementos delictivos que lo circundan.
Es importante por tanto, recalcar la evolución de la comunidad que sufre la delincuencia y propiciar en ellas mayor tipo de actividades y participación estatal; no podemos entonces descuidar los pequeños barrios, para que mañana no se conviertan en grandes Ciudades de Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario